a todas las partes del cuerpo, incluyendo los órganos,
glándulas y músculos, así como el sistema nervioso.
Una auténtica sonrisa transmite energía afectuosa, que tiene el poder de animar y curar.
Antes de Mantak Chia.
En la antigua China, los Maestros taoístas ya conocían el poder de la energía de la sonrisa. Practicaban la Sonrisa Interior, para mover la energía chi y producir un alto nivel de ésta y obtenían como resultado salud, felicidad y longevidad. Sonreírse a sí mismo es como dejarse acariciar por el amor, y el amor puede curar y rejuvenecer. La Sonrisa Interior dirige la energía de la sonrisa a los órganos y glándulas fundamentales para la vida.
Si nos familiarizamos con los órganos y glándulas, apreciamos lo que hacen y aprendemos a descifrar sus mensajes y esto también nos proporcionará salud y bienestar.